Cuidar plantas suculentas
Hacer crecer un ejemplar de tu planta suculenta favorita y cuidarla en tu casa hará que forme parte de ti… y te reportará considerables beneficios físicos y mentales. ¡Cuida una planta, la recompensa es segura!
Está demostrado que vivir con plantas mejora nuestra salud, pero acoger un nuevo ejemplar en tu casa es definitivamente un pequeño reto, que por otro lado, te reportará inmensos beneficios.
Las plantas sienten
Las plantas son seres vivos que sienten y sufren, aunque nosotros no lo percibamos. El ser humano es por de pronto incapaz de apenas comunicarse y entender a los animales, y aun nos queda mucho camino para entender el lenguaje de las plantas o el del otro reino, el de los hongos.
Hablar con tus plantas
Al no poder disponer aun de mecanismos de comunicación con nuestras plantas, ocurre que muchas de ellas mueren por simple descuido o dejadez de sus dueños; y eso de ver morir a una planta, sinceramente, no creo que le guste a nadie. Obviamente es otra responsabilidad (sí, otra más).
Pero la buena noticia es que existe una clase de plantas que con unas mínimas atenciones pueden acompañarte durante el resto de tu vida y no se morirán si te vas dos meses de vacaciones, sí, como lo oyes. Son las más agradecidas que existen y además desarrollan algunas de las más bellas formas de la naturaleza. Estas plantas de bajo o casi nulo mantenimiento son las plantas crasas.
Plantas de bajo mantenimiento
Las denominadas como plantas crasas, suculentas o carnosas, son vegetales capaces de almacenar agua en sus tejidos; ya sea en las hojas, en el tallo, en sus raíces o en una combinación de las anteriores, por lo que son capaces de sobrevivir meses (algunas años) sin una sola gota de agua. De hecho, mueren muchas más plantas crasas por exceso de riego que por falta de él.
Ihlenfeldtia
Y como con todo, lo único que debes hacer para conseguir que tu planta viva feliz es averiguar su ciclo de vida anual y sus gustos y preferencias. Cuando adoptas una mascota, averiguas cómo hacer para que viva sana proporcionándole todo tipo de atenciones y parafernalia especializada, pues con una planta se debe hacer lo mismo, aunque en comparación a una mascota, el gasto es infinitamente menor.
Lo importante es saber que probablemente nuestra planta crasa no será una «cualquiera» por lo que no podrá vivir con los cuidados normales de una planta «estándar» y debemos prestar atención a esto. Cuanto más rara sea nuestra amiga, más raros serán sus hábitos, pues provendrá de alguna zona con un clima particular, donde esa especie ha tenido que adaptarse durante generaciones a las condiciones de su hábitat y si al menos no intentamos imitar, en la medida de lo posible, las condiciones de su entorno, ten por seguro que tarde o temprano enfermará y morirá.
Plantas especiales
La parte buena es que las plantas crasas provienen casi en su mayoría de ambientes áridos, donde no llueve durante casi todo el año y solo en ciertas temporadas reciben algo de agua (de ahí su capacidad de hincharse para almacenar líquido en sus tejidos y poder así sobrevivir hasta la siguiente lluvia). Por lo que el plan de riego de estas plantas no es para nada exigente en cuanto a regularidad, que sí en cuanto a puntualidad estacional; quiere esto decir que probablemente tu planta va a sobrevivir si la riegas pocas veces, pero lo que sí es importante es cuándo regarla.
Tomemos como ejemplo el caso de los lithops o de los conophytums, que pueden sobrevivir con muy pocos riegos al año; pero hay que saber que éstos deberán estar concentrados de la primavera al otoño en el caso de los lithops y del otoño a la primavera (al revés) en el caso de los conophytums. Estas plantas tienen ciclos anuales opuestos, de modo que regar un lithops en invierno lo matará y de igual forma ocurrirá con un conophytum que reguemos en verano. Cuida una planta, la recompensa es segura.
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