Kalanchoe eriophylla

Kalanchoe eriophylla, la Planta de Peluche

El Kalanchoe eriophylla es una suculenta originaria de la isla de Madagascar, pertenece al género Kalanchoe y a la familia Crassulacea. Es una planta muy curiosa, pues se encuentra entre las más peludas de las suculentas y además es muy resistente y super fácil de cuidar. A continuación te mostramos la Planta de Fieltro.

Kalanchoe eriophylla planta

Crece en forma de mata rastrera con tallos que rara vez superan los 30 cm de longitud o los 15 cm de altura está rematada de gruesas hojas carnosas de unos 2-3 cm. Es una especie rara, pues toda la planta está recubierta de una capa de fino pelo blanco que le da un aspecto blanco plateado, incluso brillante vista desde distintos ángulos. Estas vellosidades se encargan de proteger a la planta, desviando los abrasadores rayos solares y creando un espacio entre el calor y la planta. Cultivada en interior, libre del entorno polvoriento y duro como es un jardín, podrás disfrutar totalmente de su espectacular belleza. Además es una planta que se siente bien en entornos secos y cálidos como los interiores de nuestras casas.

Nombres del Kalanchoe eriophylla

A esta planta se la conoce como Kalanchoe peludo, Kalanchoe azul, Planta de felpa, Planta de fieltro, Planta Panda Blanco o Planta Oso Panda. Se la puede llegar a confundir con K. tomentosa en estadios iniciales, aunque éste último crece espigado y se apreciarán sus diferencias enseguida.

Kalanchoe eriophylla cuidados

Sustrato

Necesita un sustrato aireado, con gran parte de materia inorgánica. Puedes mezclar sustrato para cactus con perlita, arlita o púmice y eso será suficiente para que crezca sana. En exteriores debes ponerla en un lugar donde no reciban la lluvia directamente, preferiblemente en macetas móviles.

Riego

Podemos regarla una vez a la semana en primavera y verano. En invierno debe permanecer prácticamente seca, reduciendo a medio riego cada mes, si no hace mucho frío, solo para evitar que las raíces se resequen en exceso. Si se mantiene la tierra húmeda, la planta comenzará a pudrirse en pocas semanas. Hay que cuidar que la tierra seque por completo entre riegos, dejándola seca dos o tres días antes de regar de nuevo. Se debe evitar también el mojar las hojas con el riego, pues los pelillos guardan la humedad de manera natural.

Temperatura

Es una planta de climas secos y cálidos, por lo que debemos protegerla del frío o morirá. Las temperaturas prolongadas por debajo de 10ºC la deteriorarán, haciendo que desarrolle podredumbre en tallos y hojas. Este tipo de Kalanchoe se siente a gusto a pleno sol en zonas áridas y prosperará bien en jardines de xerófilas o en interiores soleados.

Luz

Necesita sol directo, colócala en la ventana más soleada y prosperará sin problema. Las hojas pueden adquirir ligeros tonos rojizos con luz solar directa. Solo en los días más duros del verano puedes protegerla un poco si quieres, con una malla de sombreo.

Poda

No necesita poda, pero con el tiempo, puede tornarse desordenada y se puede recortar para moldear su forma. Los esquejes que obtengamos de la poda pueden ser usados para reproducirla en otras partes. Por lo demás, bastará con eliminar las partes secas para mantenerla aseada.

Fertilizante

Durante primavera y verano podemos aportarle una dosis de fertilizante, siempre especial para plantas suculentas.

Flores de Kalanchoe eriophylla

Esta planta produce pequeñas flores con cuatro pétalos de color rosa pálido y el interior blanco estriado. Se parecen mucho a las flores del Kalanchoe pumila.

Reproducir el Kalanchoe eriophylla

Kalanchoe eriophylla es una de las suculentas más fáciles de reproducir. Se propaga fácilmente mediante esquejes de tallo o de hojas, preferiblemente en primavera. Cortar con una herramienta desinfectada y dejar secar la herida unos días. Sembrar en semi seco y semi sombra y esperar dos semanas a empezar a regar bien y a aumentar la luz.

Enfermedades y plagas del Kalanchoe eriophylla

Este Kalanchoe es una planta muy resistente a ataques externos, pues sus pelillos le protegen. No obstante, puede ser atacado por las malditas cochinillas u otros bichos, que se comerán sus raíces. Puede también sufrir el ataque de los hongos si el ambiente es muy húmedo, por lo que conviene inspeccionar nuestra plantas periódicamente, por si hace falta tomar medidas.


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